La Constitución de Filipinas garantiza la libertad de expresión, pensamiento y participación de los ciudadanos. Estas también están aseguradas a través de la aceptación por parte del país del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que busca proteger los derechos civiles y políticos, incluida la libertad de expresión e información.
Podemos expresar nuestras ideas y opiniones a través del discurso, por escrito o mediante el arte, entre otros. Sin embargo, estamos suprimiendo este derecho cuando no apoyamos el uso y desarrollo continuo de las lenguas indígenas.
El Mecanismo de Expertos de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas destacó que: “Poder comunicarse en el propio idioma es fundamental para la dignidad humana y la libertad de expresión.”
Sin la capacidad de expresarse, o cuando el uso del propio idioma se limita, el derecho a exigir los derechos más básicos de un individuo—como la comida, el agua, el refugio, un ambiente saludable, la educación, el empleo—también se ve reprimido.
Para nuestros pueblos indígenas, esto se vuelve aún más crucial ya que también afecta a otros derechos por los que han estado luchando, como la libertad de discriminación, el derecho a la igualdad de oportunidades y trato, el derecho a la autodeterminación, entre otros.
En relación con esto, la Asamblea General de la ONU declaró 2022-2032 como la Década Internacional de las Lenguas Indígenas (IDIL). Su objetivo es “no dejar a nadie atrás ni fuera” y está alineado con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Al presentar el Plan de Acción Global del IDIL, la UNESCO subrayó que, “El derecho a la libre elección sin obstáculos del uso del idioma, la expresión y la opinión, así como la autodeterminación y la participación activa en la vida pública sin temor a la discriminación es un requisito previo para la inclusión y la igualdad como condiciones clave para la creación de sociedades abiertas y participativas.”
El Plan de Acción Global busca ampliar el alcance funcional del uso de las lenguas indígenas en la sociedad. Sugiere diez temas interrelacionados que pueden ayudar a preservar, revitalizar y promover las lenguas indígenas: (1) educación de calidad y aprendizaje a lo largo de la vida; (2) el uso del idioma y el conocimiento indígena para erradicar el hambre; (3) establecer condiciones favorables para el empoderamiento digital y el derecho a la expresión; (4) marcos adecuados en lenguas indígenas diseñados para ofrecer una mejor provisión de salud; (5) acceso a la justicia y disponibilidad de servicios públicos; (6) mantener las lenguas indígenas como vehículo de patrimonio vivo y cultura; (7) conservación de la biodiversidad; (8) crecimiento económico a través de empleos dignos mejorados; (9) igualdad de género y empoderamiento de las mujeres; y (10) asociaciones público-privadas a largo plazo para la preservación de las lenguas indígenas.
La idea principal es integrar y mainstreamizar los idiomas indígenas en todos los dominios y agendas estratégicas socio-culturales, económicas, ambientales, legales y políticas. Al hacerlo, apoyamos el aumento de la fluidez en el idioma, la vitalidad y el crecimiento de nuevos hablantes.
En última instancia, debemos esforzarnos por crear entornos seguros donde los pueblos indígenas puedan expresarse usando el idioma de su elección, sin temor a ser juzgados, discriminados o malinterpretados. Debemos abrazar los idiomas indígenas como parte integral del desarrollo holístico e inclusivo de nuestras sociedades.